jueves, 17 de marzo de 2011

MODELOS DE RELACIONES ENTRE CIENCIA Y TECNOLOGÍA: UN ANÁLISIS SOCIAL E HISTÓRICO

No hay duda de que vivimos en una sociedad cada vez más influida por la ciencia y la
tecnología. Este artículo trata de los conceptos de ambas y sus relaciones mutuas. En
la primera parte se hace una aproximación a los significados de la tecnología y la
ciencia, que se discuten desde una perspectiva sistémica de sus respectivas prácticas,
incluyendo en ellas, además de los aspectos técnicos, otros relacionados con lo social,
lo cultural y lo personal. En la segunda parte del artículo se analizan con cierto detalle
las complejas relaciones entre la ciencia y la tecnología mediante cinco modelos
teóricos, los cuales se ilustran con diversos ejemplos históricos.
 
La declaración de la entradilla es deliberadamente provocativa y algo exagerada; fue
hecha por Storer (1966, citado por Layton, 1988) para señalar que la tecnología ha
sido responsable de muchas de las transformaciones sociales en mayor medida que la
ciencia moderna. No obstante, cuatro décadas después, la percepción de la realidad a
principios del siglo XXI parece dar en cierto modo la razón a Storer, pues hoy parece
ser que vivimos más en el marco de una cultura tecnológica que en el de una cultura
científica (Acevedo, 1997a). La vida cotidiana, en los medios urbano y rural, en el
entorno del hogar y en el espacio laboral está repleta de productos e instrumentos
tecnológicos –además de otras tecnologías organizativas y simbólicas–, cuyo uso no
suele resultar demasiado complicado porque no precisa del conocimiento de los
principios científicos o tecnológicos que los sostienen.

TECNOLOGÍA y PRÁCTICA TECNOLÓGICA
La noción de tecnología es poliédrica. Su significado ha ido cambiando a través de los
tiempos y es plural en la vida cotidiana. Del sentido más estricto que tenía en los
siglos XVIII y XIX se ha pasado hoy a interpretar la tecnología como un conjunto de
herramientas, instrumentos, máquinas, organizaciones, métodos, técnicas, sistemas…
(Osorio, 2002). Kline (1985) ha señalado diversos significados de la tecnología:
- El conjunto de productos artificiales fabricados por las personas (herramientas,
instrumentos, máquinas, artefactos y todo tipo de sistemas).
- Los conocimientos técnicos, metodologías, capacidades y destrezas necesarias
para poder diseñar y realizar las tareas productivas (actividades relacionadas con
la pericia técnica, el saber hacer o know-how).
- Los recursos humanos y materiales del sistema sociotécnico de producción.
- El sistema sociotécnico necesario para el uso y mantenimiento de los productos
fabricados, incluyendo los aspectos legales.

DIDÁCTICA DE LA LECTO-ESCRITURA E INFORMÁTICA

Más que una revisión exhaustiva de literatura sobre el tema, este artículo pretende aportar algunos elementos conceptuales que orienten la reflexión, el análisis, y la evaluación de aplicaciones informáticas diseñados para apoyar y estimular los procesos de construcción, aprendizaje, y enseñanza de la lectoescritura. Inicialmente se reseñan algunas investigaciones pioneras en el área, luego se enuncian ciertas premisas teóricas y metodológicas que deben orientar el diseño de materiales didácticos, y posteriormente se analizan algunos programas y modelos de aplicación del computador en el desarrollo y estimulación de los diversos niveles y factores que integran la conducta lectora.

Hace ya casi tres décadas que la literatura especializada viene registrando diversas experiencias sobre la incorporación de tecnología informática en la enseñanza y aprendizaje de la lecto-escritura. Durante este lapso de tiempo se han operado cambios substanciales en la calidad técnica de los programas, su fundamentación conceptual, su pertinencia didáctica, y su valor pedagógico. Las primeras aplicaciones eran simples actividades de ejercitación o réplicas de materiales impresos para ser leídos en una pantalla. Actualmente se ofrecen en el mercado materiales que aprovechan cada vez mejor el poder multimedial e hipertextual del computador como un nuevo espacio de lectura y escritura.

La Revolución llega al aula de clase

Himelda Martínez, viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media; Carlos Pardo, subdirector académico del Icfes, y Tito Nelson Oviedo, jefe del Departamento de Español de la Universidad ICESI, del Valle del Cauca, dialogan sobre la labor del docente, la evaluación, el proceso pedagógico y el mejoramiento de la calidad educativa. Reflexiones sobre la visión de los maestros.
Revolución Educativa Al Tablero: Muchos maestros afirman que el Ministerio de Educación hace cambios frecuentes y que no se les da tiempo para asimilarlos y ponerlos en práctica. Además, señalan, son propuestas no compatibles unas con otras...
Himelda Martínez: El siglo XXI exige un sistema educativo más móvil, que contribuya a ponerse al día con el avance de la ciencia y la tecnología. Es cierto que la Revolución Educativa está movilizando cambios simultáneos en muchos aspectos. Uno fundamental es la formulación de estándares para todas las competencias básicas; otro, es la introducción de la evaluación censal que ha permitido, por primera vez en la historia, que todas las instituciones educativas del país cuenten con los referentes que necesitan para trazar sus planes de mejoramiento. Es cierto que un maestro tiene que conocer los nuevos estándares en todas las áreas que enseña y estar preparado para que sus niños sean evaluados. Este es un cambio muy grande.
Tito Nelson Oviedo: Algunos maestros de Primaria y Secundaria dicen que no hay claridad sobre lo que involucra el proceso pedagógico; se despistan cuando les hablan de la necesidad de seguir unos estándares. Eso me lleva a pensar que el Ministerio le falta llegar a los maestros con talleres, conferencias y formación, e interactuar más con las facultades de Educación, encargadas de preparar a los maestros. Muchos maestros no cuentan con la formación necesaria para mejorar la calidad educativa a través de los estándares. Esta confusión los ha llevado a preguntarse, por ejemplo, si los estándares son los mismos objetivos de los que se hablaba antes. Todo proceso pedagógico conlleva objetivos, estándares, evaluaciones, acción y desarrollo de un conocimiento, pero el desarrollo integral de estos conceptos requiere maestros preparados.
H.M: Es muy importante que podamos dar un mensaje muy claro a maestros y facultades de Educación, un mensaje claro para los padres de familia y los estudiantes. Entender qué es lo que los niños deben aprender y cómo se les va a evaluar es una tarea diaria de la sociedad. Los medios de comunicación se están involucrando más en este proceso tan importante para el país.
T.N.O: Los que están frente a ese proceso son los maestros. Ellos cumplen con su misión profesional de acercar la familia y la escuela. En este sentido, son los multiplicadores los que deben aclarar a los padres de familia qué es lo que está involucrado en el proceso pedagógico.
Carlos Pardo: Todos apuntamos al mismo sitio, a la misma necesidad, al logro de ese gran reto: formarnos y posicionar la educación como un principio social y familiar básico.
R.E.A.T: Podríamos explicar a los maestros, cuál es la diferencia que hay entre estándar, competencia, objetivo y logro. ¿Cómo interactúan estos conceptos desde la práctica pedagógica de los maestros?
H.M: Hoy en día está de moda discutir los términos. Pero no se da el paso siguiente; ponerlos en la práctica. Uno se puede quedar en definiciones lingüísticas durante mucho tiempo, pero la dificultad real para el maestro es el cómo formulo mis objetivos, mis indicadores de logro, cómo puedo evaluar para ver si mis alumnos están o no cumpliendo los estándares, y qué tengo que hacer para saber si lograron o no las competencias. Creo que ya es tiempo de pasar de definiciones lingüísticas a practicar y ensayar "el cómo" en el aula de clase.
T.N.O: Pienso que las definiciones o los conceptos tienen que estar muy claros para poder aplicarlos. Si no hay un acuerdo del concepto en cada caso, difícilmente el maestro va a poder participar en el establecimiento de objetivos, estándares, logros y competencias. El maestro tiene que fijar sus objetivos claramente, saber qué es lo que busca y establecer sus metas. Las competencias tienen que estar relacionadas con los campos de conocimiento; es decir, cada especialista está obligado a participar en el establecimiento de los contenidos y las destrezas que los estudiantes deben tener al terminar cada ciclo educativo. Luego mira en el tiempo si esas metas se han alcanzado: qué es lo que el muchacho es capaz de hacer y qué le quedó faltando; es lo que determina los indicadores de logro. Esos logros se comparan con los estándares y tienen que ver con la nivelación en el plano nacional. Le corresponde al Ministerio, con la participación de la comunidad académica, determinar los niveles básicos a los que deben llegar los estudiantes. Si no llegan a ese nivel, quiere decir que no cumplen con la calidad esperada.
C.P: Objetivos, estándares, indicadores de logro y competencias son conceptos que obedecen a una misma perspectiva de la educación. Interactúan entre sí y conllevan a una meta: cualificar los procesos educativos. Por esto los maestros pueden tomar como guía los estándares, los objetivos o los indicadores de logro. Involucrar de manera efectiva la integración de todos los aspectos del proceso es una gran herramienta para reorientar la práctica pedagógica.
R.E.A.T: Se dice que los estándares van a nivelar a todo el mundo ¿Qué piensan?
H.M: Para entender la importancia de los estándares es útil observar lo que ocurre en los mercados laborales de países desarrollados y especialmente en Europa, donde la gente que se gradúa en un país puede trabajar en otro. Por ejemplo, los franceses necesitan conocer lo que saben los alemanes y viceversa. De ahí surgió la necesidad de ponerse de acuerdo en cuáles son las competencias básicas y cómo se pueden medir y evaluar. Esto no quiere decir que estén estandarizando a toda la población. Más bien, cada país cuenta ahora con unos parámetros para comparar qué competencias tiene cada persona, institución educativa y municipio. Además, el Ministerio de Educación debe apoyarlos e impulsarlos. Las competencias se pueden desarrollar a través de diferentes contenidos.

La función de los estándares es mirar lo que una persona del mismo nivel cognoscitivo es capaz o debería estar en capacidad de hacer. Esto no es uniformidad ni masificación, pero sí significa la posibilidad de que todos los sujetos de este mundo podamos compartir unas competencias mínimas.
C.P: Es necesario decir también que los estándares no deben ser entendidos como parámetros máximos a alcanzar, sino más bien como unos mínimos que pueden ser superados en la práctica pedagógica dentro del aula de clase. La educación debe proveer potenciales mucho más altos que los que se describen en los estándares.
R.E.A.T: Qué evalúa el Icfes: estándares o competencias. ¿Cuál es la correlación de esta evaluación con la que hace el maestro?
C.P: El Icfes evalúa las competencias que los estudiantes han desarrollado mediante el proceso educativo. Los elementos más importantes sobre los cuales se fundamenta la evaluación nacional son los estándares. El Icfes tiene como propósito obtener información general y detallada en relación con el perfil de los estudiantes que forma una institución educativa pero, por otra parte, todas las evaluaciones tienen diferentes niveles de detalle según sea su propósito. Con la evaluación que hace el docente se obtienen datos detallados sobre lo que el estudiante, en términos individuales, puede y no puede hacer.
R.E.A.T: Teniendo en cuenta las diferencias entre las regiones, ¿es válido aplicar el mismo examen a toda la nación?
H.M: No sólo es válido sino necesario. La única forma de obtener esos puntos de referencia comunes, para saber hacia dónde vamos, es aplicando un examen unificado que nos permita conocer cómo estamos en relación con los otros. Ese es el valor agregado que tienen las evaluaciones internacionales de competencias, como por ejemplo, las pruebas TIMSS: le permiten a Colombia saber si sus resultados están por encima o por debajo de los promedios internacionales.
C.P: Definitivamente el tratamiento disciplinar no puede ser diferente en la Costa que en Pasto, aunque los contextos y contenidos sean distintos. En términos generales, la disciplina es la misma. Por eso el examen se basa en elementos generalizados.
T.N.O: La educación tiene que proporcionar oportunidades en igualdad de condiciones para todos. Los chicos de la montaña, como los de la capital, tienen el derecho de acceder a esos discursos especializados o disciplinas. De manera que los estándares cognoscitivos deben ser iguales para que todos lleguen al mismo nivel.
R.E.A.T: ¿Cómo se está apoyando a las instituciones educativas para que empleen los resultados de las pruebas?
C.P: La evaluación tiene impacto en la medida en que genera transformaciones en el aula, a través de Planes de Mejoramiento. Primero, es necesario entender los resultados y en este momento esa es nuestra prioridad: estamos trabajando con las instituciones, los docentes y los padres de familia. En segundo lugar, se deben identificar las posibilidades de mejoramiento y, a partir de allí, diseñar los Planes correspondientes. Finalmente, el Ministerio y el Icfes hacen un acompañamiento a las diferentes entidades territoriales para interpretar los resultados, apoyar el desarrollo de los Planes de Mejoramiento y para verificar cómo estos Planes están transformando los procesos educativos.
H.M: El Ministerio es consciente del gran reto que tiene el país en este momento para lograr que todas las instituciones educativas cuenten con los resultados, los entiendan y los usen para el diseño y seguimiento de los Planes de Mejoramiento. Estoy de acuerdo con muchos alcaldes y secretarios para quienes esta tarea es muy retadora, porque implica manejar bases de datos, términos estadísticos y comparar esa información con las competencias. Es un reto para todos. Es un proceso revolucionario para el país y estoy de acuerdo con Tito en que hay que apoyar a los maestros, pero también a las Secretarías de Educación y a los rectores. Debemos sumar los esfuerzos de las facultades de Educación, técnicos de las entidades territoriales y todas las personas que, de alguna forma, hacen parte del sistema educativo. Entre todos vamos a mejorar la calidad.
R.E.A.T: ¿Qué puede hacer un maestro o una institución educativa para formular un buen Plan de Mejoramiento?
H.M: Cada institución educativa recibirá una guía, desarrollada especialmente por el Icfes, que orienta la formulación de los Planes. Esta contiene una serie de ejercicios y tablas con los resultados de cada institución. Al desarrollar esas actividades, se identifican las competencias más débiles, a partir de las cuales el grupo de maestros, ojalá con la participación de los estudiantes, diseña estrategias específicas para superar las deficiencias. Cabe resaltar que, en los sitios donde este proceso se ha dado de forma organizada y sistemática, toda la comunidad educativa se ha beneficiado.
T.N.O: Es necesario que este proceso vaya acompañado de unos promotores que tengan claridad sobre todos los conceptos, que se involucren de tal manera que contribuyan a un mejor entendimiento y a prácticas de mejoramiento por parte de los maestros.
R.E.A.T: ¿Cuál es la importancia de la evaluación en el proceso pedagógico?
H.M: Lo verdaderamente revolucionario para este país es la aplicación de unos exámenes que nos van a permitir saber en dónde estamos y para dónde vamos. Las evaluaciones están orientando todas las acciones que estamos llevando a cabo en el eje de calidad de la Revolución Educativa. En este sentido, elaboramos los estándares con el fin de que todos sepamos qué es lo queremos evaluar. Con los resultados de las evaluaciones se formulan los Planes de Mejoramiento para cada una de las instituciones; vamos a tener un Plan por cada aula de clase. La evaluación, entonces, es un eje central, pero lo que realmente va a revolucionar el sistema educativo es lo que se haga en cada una de las aulas de clase.
T.N.O: La evaluación está planteada para medir y conocer el nivel de competencias que el estudiante alcanza en las diversas áreas. Sin embargo, atemoriza un poco a los maestros porque se sienten solos. Estoy seguro de que la evaluación no es una amenaza para los profesores, sino un instrumento que cumple la misma función de un espejo. A partir de los resultados de estas evaluaciones podremos identificar con mayor facilidad qué tenemos por mejorar, pero la gran revolución no puede ser la evaluación en sí sino la formación del maestro, para que asuma el proceso pedagógico como una responsabilidad compartida entre maestro y estudiante. Los maestros tienen que desempeñar su oficio de enseñantes y aprendices, a la par con sus estudiantes.

El maestro hace sus propias evaluaciones en el aula de clase, pero sin referentes que le ayuden a comparar el nivel de sus estudiantes, con los de otros niños del país y del mundo. Todos los profesores queremos saber: '¿Lo estoy haciendo bien?, ¿cómo se compara lo que estoy haciendo con lo que hacen otros?, ¿estoy ayudando a mis alumnos?, ¿están llegando adonde tienen que llegar?'
C.P: Esa respuesta nos lleva a plantear un concepto muy importante: la responsabilidad en la evaluación misma. Todos, de diferente manera, compartimos esa responsabilidad. Cuando el maestro, el estudiante y los padres de familia la asumen como uno de los motores del proceso educativo, pueden darle sentido a los procesos que se desarrollan en el aula de clase. La relación entre la evaluación y la práctica educativa tiene mucho sentido porque, a partir de los resultados que arrojan las evaluaciones, es posible emprender transformaciones y cambiar totalmente el proceso educativo.
La evaluación contribuye a la formación de los docentes, de los padres y de los alumnos. Conocer el qué y el cómo se evalúa forma parte del sentido básico de la evaluación: contribuir al mejoramiento de los procesos educativos apoyando una serie de elementos adicionales. Además, le va a permitir al maestro tener los referentes para comparar la calidad educativa y suscitar reflexiones oportunas para el sector educativo. Podríamos pensar que gran parte de la divulgación que se haga de la evaluación debería estar encaminada a la responsabilidad evaluativa.
T.N.O: Carlos tiene toda la razón: la responsabilidad de la evaluación es de todos, pero la obligación de las autoridades del sistema educativo en el país, también, es apoyar al maestro.
C.P: Anteriormente, cuando los estudiantes eran evaluados, el maestro era quien conocía los resultados; tenía poco acceso a los principios de la evaluación, a sus elementos conceptuales y su visión disciplinar, lo cual no contribuía al mejoramiento de sus procesos educativos. Durante el último año se viene acompañando el proceso de evaluación haciendo énfasis en que el docente pueda valerse de ella en el aula de clase. Para esto se está entregando una serie de cartillas que explican qué hacer con los resultados y con la herramienta de evaluación.
Esta información puede ser útil para que él mismo reconozca el desarrollo de su proceso. También, a partir de los resultados, podrá identificar sus fortalezas y debilidades, los procesos que está llevando adecuadamente y en cuáles debe enfatizar, de tal forma que los chicos logren un equilibrio mucho mayor en el desarrollo de todas las disciplinas; es decir, que habrá necesariamente una interacción del docente con el proceso evaluativo.
H.M: Quisiera ponerle un nombre a eso tan ilustrador que nos dijo Carlos Pardo: crear desde el aula de clase una cultura de la evaluación y el mejoramiento. Cuando miramos internacionalmente lo que está pasando con la educación, encontramos varios países donde las comunidades educativas leen periódicamente resultados de evaluaciones censales y hacen uso de sus resultados desde el papel del maestro, de los padres de familia y de las autoridades educativas. En Colombia, por múltiples razones históricas, y quizás un poco tarde respecto a otros países, sólo hasta ahora se incorpora la evaluación censal, que nos va ayudar a crear una cultura que nos permita analizar los resultados de las pruebas, y utilizarlos para el mejoramiento de la calidad educativa. Seguramente es un proceso que requiere algún tiempo, pero estamos convencidos de que su impacto nos permitirá, internacionalmente, ubicarnos en mejores posiciones.

martes, 28 de septiembre de 2010

CRONICA


Piedad Córdoba reitera su rechazo a acusación de vínculos con las FARC.
Bogotá, 28 de septiembre. La senadora colombiana Piedad Córdoba, quien enfrenta un proceso de inhabilitación por 18 años para ejercer cargos públicos, reiteró este martes su rechazo a las acusaciones de la Procuraduría General sobre presuntos vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y anunció que acudirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Consideró que con su decisión de sancionarla la procuraduría está criminalizando la labor humanitaria, y dijo que no se dejará intimidar porque éste es el precio que tenemos que pagar muchos por luchar por la paz, la libertad de los cautivos, por los secuestrados y las secuestradas.

Señaló que a los familiares de los 20 policías y militares que continúan secuestrados por la guerrilla les prometió seguir trabajando por su liberación, por lo que no los dejará solos.

Córdoba, quien desde 2008 logró la liberación de 14 rehenes que estaban en manos de las FARC, indicó que llevará adelante las acciones necesarias que puedan ser admitidas por la justicia colombiana para demostrar mi inocencia. Además, dijo, acudirá en los próximos días a la CIDH, a la Unión Interparlamentaria Mundial y a la Unión Europea.

Frente a las acusaciones del procurador Alejandro Ordóñez, que se basó en una certeza de las computadoras halladas en el campamento donde en marzo de 2008 fue abatido Raúl Reyes, el entonces número dos de las FARC, la legisladora dijo que ese fallo afectará mucho el trabajo por la paz en Colombia y agregó que seguirá empeñada en buscar la libertad de rehenes aun desde la cárcel.

Piedad Córdoba agradeció al presidente venezolano Hugo Chávez por su apoyo permanente a la paz de Colombia, después de que el pasado lunes el mandatario calificó como una infamia las acusaciones que se le hacen al declararse absolutamente seguro de que es inocente.

Según Ordóñez, la senadora se extralimitó en sus funciones de mediadora en el pasado gobierno de Álvaro Uribe y en la autorización dada por aquel gobierno para gestionar el intercambio humanitario, y afirmó que ella aconsejó a la guerrilla sobre estrategias en el manejo de los rehenes, y que además utilizaba el seudónimo de Teodora de Bolívar.

Nunca he tenido actuaciones de espaldas al país, dijo Córdoba al negar todas las imputaciones que, informó, apelará. Apuntó que la persecución en su contra comenzó con Uribe (2002-2010) cuando fue espiada en forma ilegal por el servicio secreto, que depende directamente de la presidencia, y citó que las disculpas públicas presentadas por el ex funcionario que la espiaba, ahora en prisión, prueban su inocencia.

La senadora pidió la semana pasada privilegiar el diálogo sobre la guerra al comentar la muerte por el ejército de Víctor Julio Suárez Rojas (Mono Jojoy), jefe militar de esa guerrilla.

El pasado 18 de septiembre el presidente Juan Manuel Santos la criticó, al rechazar expresiones que legitiman al terrorismo por haber denunciado en Europa que su país parecía una fosa común. Córdoba respondió entonces que los únicos que legitiman al terrorismo y a las FARC son los que piden bala y muerte para acabar la guerra y que la solución al conflicto debe ser pacífica.

El ex presidente Ernesto Samper (1994-1998) se declaró preocupado por el fallo de la Procuraduría General, al estimar que en adelante las gestiones humanitarias serán consideradas actos criminales por la autoridad.

ENTONCES COMO LE LLAMAMOS LA NEGRITA O TEODORA…
 

CUENTO

Abuelita

Abuelita es muy vieja, tiene muchas arrugas y el pelo completamente blanco, pero sus ojos brillan como estrellas, sólo que mucho más hermosos, pues su expresión es dulce, y da gusto mirarlos. También sabe cuentos maravillosos y tiene un vestido de flores grandes,  de una seda tan tupida que suena cuando anda.

Abuelita sabe muchas, muchísimas cosas, pues vivía ya mucho antes que papá y mamá, esto nadie lo duda. Tiene un libro de cánticos con recias cantoneras de plata; lo lee con gran frecuencia. En medio del libro hay una rosa, comprimida y seca, y, sin embargo, la mira con una sonrisa de arrobamiento, y le asoman lágrimas a los ojos.

¿Por qué abuelita mirará así la marchita rosa de su devocionario? ¿No lo sabes? Cada vez que las lágrimas de la abuelita caen sobre la flor, los colores cobran vida, la rosa se hincha y toda la sala se impregna de su aroma; se esfuman las paredes cual si fuesen pura niebla, y en derredor se levanta el bosque, espléndido y verde, con los rayos del sol filtrándose entre el follaje, y abuelita vuelve a ser joven, una bella muchacha de rubias trenzas y redondas mejillas coloradas, elegante y graciosa; no hay rosa más hermosa, pero sus ojos, sus ojos dulces y cuajados de dicha, siguen siendo los ojos de abuelita.

Sentado junto a ella hay un hombre, joven, vigoroso, apuesto. Huele la rosa y ella sonríe - ¡pero ya no es la sonrisa de abuelita! - sí, y vuelve a sonreír. Ahora se ha marchado él, y por la mente de ella desfilan muchos pensamientos y muchas figuras; el hombre hermoso ya no está, la rosa yace en el libro de cánticos, y... abuelita vuelve a ser la anciana que contempla la rosa marchita guardada en el libro.
Ahora abuelita se ha muerto. Sentada en su silla de brazos, estaba contando una larga y maravillosa historia.

- Se ha terminado -dijo- y yo estoy muy cansada; dejame echar un sueñecito.
Se recostó respirando suavemente, y quedó dormida; pero el silencio se volvía más y más profundo, y en su rostro se reflejaban la felicidad y la paz; y entonces dijeron que estaba muerta.

La pusieron en el blanco ataúd, envuelta en lienzos blancos. ¡Estaba tan hermosa, a pesar de tener cerrados los ojos! Pero todas las arrugas habían desaparecido, y en su boca se dibujaba una sonrisa. El cabello era blanco como plata y venerable, y no daba miedo mirar a la muerta. Era siempre la abuelita, tan buena y tan querida. Colocaron el libro de cánticos bajo su cabeza, pues ella lo había pedido así, con la rosa entre las páginas. Y así enterraron a abuelita.
En la sepultura, junto a la pared del cementerio, plantaron un rosal que floreció espléndidamente, y los ruiseñores acudían a cantar allí, y desde la iglesia la guitarra desgranaba las bellas canciones que estaban escritas en el libro colocado bajo la cabeza de la difunta.

La luna enviaba sus rayos a la tumba, pero la muerta no estaba allí; los niños podían ir por la noche sin temor a coger una rosa de la tapia del cementerio. Los muertos saben mucho más de cuanto sabemos todos los vivos; saben el miedo, el miedo horrible que nos causarían si volviesen. Pero son mejores que todos nosotros, y por eso no vuelven.

Hay tierra sobre el féretro, y tierra dentro de él. El libro de cánticos, con todas sus hojas, es polvo, y la rosa, con todos sus recuerdos, se ha convertido en polvo también. Pero encima siguen floreciendo nuevas rosas y cantando los ruiseñores, y enviando el órgano sus melodías. Y uno piensa muy a menudo en la abuelita, y la ve con sus ojos dulces, eternamente jóvenes. Los ojos no mueren nunca.

Los nuestros verán a abuelita, joven y hermosa como antaño, cuando besó por vez primera la rosa, roja y blanca, que yace ahora en la tumba convertida en polvo.

FIN.